La maleta era resaca y estrecheces,
Alguien trajo aquel disco de Ray Charles.
Mientras las pilas se agotaban
Pudimos ver el qué y el cómo.
Caminando a duras tientas
Sobre el trémulo hilo de nuestros límites
Supimos ajustarnos los escombros
Y aquella música soul
Sonaba bien entre los restos.
Pero antes de inventar el fuego
Quisimos recalificar la isla,
Hacer urbanizables sus palmeras,
Asesinar de nuevo a la gallina.
jueves, 28 de mayo de 2009
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Me recuerda algo a Lorca por como acaba: con la gallina asesinada...
ResponderEliminarme gusta como escribes si, y que bien la poesía vive!!!1, muy bueno "tremúlo hilo de nuestros límites..." un saludo.
ResponderEliminarQuerido Jaime, me encanta -sin llegar a comprenderlo- el apocalipsis que construye Lorca en Poeta en Nueva York, imagínate si lo entendiera..
ResponderEliminarQuerida coco, el apocalipsis y los límites están muy relacionados..
Es un apocalipsis al tiempo que un alumbramiento. Es genial ese poemario: asesinado por el cielo; todo lo que guarda mariposa en el tintero... Genial. Como para robarle algún verso alguna vez, jejeje.
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