Me pongo la careta de viajero
Y cruzo el rayo de las vías
En la ventanilla discreta
De un tren de lejanías.
Llegar a la estación
Para partir.
Los andenes en obras
Se parecen, me recuerdan
A mi alma.
Señorita, por favor, déme un billete
De huida y vuelta,
A ser posible hacia delante.
No me incluya el servicio de rutina.
La máquina expendedora
Parece mofarse de mi prisa.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿Dónde está esa maquina? quisiera encontrarla..
ResponderEliminarEste poema me lleva de alguna manera hacia la melodía de "tuve que correr" de Antonio Vega.
ResponderEliminar