Con el convencimiento más bien justo
Supimos adivinar que tras los sueños
Estaba el pomo secreto de una puerta,
La llave perdida de una orilla;
Y tras la esquina
La rutina era espuma de resaca,
Ruinas de un grisáceo más acá.
Es como si el miedo
Se lo hubiera llevado la grúa
Y tuviéramos que pagar
Por rescatarlo.
miércoles, 27 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Rutinas... me suena eso. Uf!
ResponderEliminarBienvenido a estas aguas Capitán, este poema (de hecho, muchos de mis poemas) tiene mucho que ver con tu pecera diaria..
ResponderEliminar